Millones de
datos de pacientes, en riesgo por los agujeros de seguridad informática
Según la
Oficina de Derechos Civiles de EE.UU., en 2015 se produjeron unos 253 agujeros
de seguridad informática en el sector sanitario que afectaron a más de 500
personas con el robo de más de 112 millones de registros.
Según la Oficina de Derechos
Civiles de EE.UU., en 2015 se produjeron unos 253 agujeros de seguridad informática en el sector sanitario que
afectaron a más de 500 personas con el robo de más de 112 millones de registros.
IBM asegura por su parte que fue la industria más atacada.
«Los datos sanitarios son más
caros en el mercado negro que los bancarios», explica Luis Corrons, director técnico de PandaLabs, el
laboratorio anti-malware de Panda Security, empresa española especializada en
la creación de soluciones de seguridad informática. Para el experto, esta
industria se sitúa en la tercera posición en cuanto a los principales
cibertaques que se realizan: «En primer lugar estarían los robos de datos bancarios y, en segundo,
el robo de credenciales de emails, redes sociales, etc.».
Sin embargo, este ranking puede variar con el paso de los años si nadie lo
remedia porque la ciberdelincuencia avanza a pasos agigantados. De hecho, el
robo de este tipo de información, según Ponemon Institute,
una organización americana sobre privacidad, protección de datos y política de
seguridad de la información, se ha incrementado en un 125% en
los últimos cinco años.
El problema en concreto del sector sanitario es que cuenta con un sistema de seguridad que se ha quedado obsoleto.
Máquinas de rayos X o escáneres, marcapasos y bombas de insulina, entre otros,
son muy fáciles de «hackear». De hecho, hay ecógrafos que, en la actualidad, funcionan con Windows 95 y similares. Así, la brecha
de seguridad está garantizada y un aparato tan inofensivo se convierte en la
perfecta puerta de entrada de acceso a toda la red informática de un hospital.
Ataques muy lucrativos
Junto al robo de este tipo de información, están
los ataques de «ransomware», es decir, cuando un
cibercriminal instala un programa malicioso que infecta el equipo, lo bloquea y
pide un rescate para recuperar el control. Este tipo de acción ha demostrado
ser capaz de paralizar la actividad de un hospital,
de robar miles de registros y de utilizar la información sensible como rehén de
cobro.
En este sentido, cabe recordar el ataque
«ransomware» que sufrió a principios de este año el Hollywood Presbyterian Medical Center de Los Ángeles.
Tal fue la situación que el centro declaró una «emergencia interna» y dejó a
sus empleados sin acceso a los historiales médicos de sus pacientes, al correo
electrónico y otros sistemas. Los «hackers» exigían un
rescate de 3,7 millones de dólares, aunque el director del hospital
llegó a un acuerdo y finalmente pagó unos 17.000 dólares para poder recuperar
los ficheros secuestrados.
«El pago del rescate nunca
garantiza que puedas recuperar la información», recuerda Corrons.
«Al final, estás tratando con delincuentes», puntualiza. Así le sucedió
al Kansas Heart Hospital en mayo de 2016 que, tras
sufrir un ataque de «ransomware», los responsables optaron por pagar el
rescate. Sin embargo, los ciberdelincuentes, que comenzaron a descifrar la
información, justo antes de finalizar,exigieron un segundo pago para
devolver el resto de los datos. Algo a lo que el centro se negó.
«Estos son los asaltos más actuales pero los
ataques sanitarios no han hecho más que evolucionar. En 2008, la University of Utah Hospitals & Clinics anunció
que sufrió el robo de los datos de 2,2 millones de pacientes que estaban en
cintas», recuerda el experto.
Conviene reseñar que no solo EE.UU. es víctima de
ataques. Como explica Rosa Díaz, directora
de Panda Security, la ley estadounidense obliga a organismos y empresas a
publicar los ciberataques de los que son víctimas tras haber sufrido brechas de
seguridad con el objetivo de informar y atender al usuario. Una legislación de
la que España carece de momento.
El papel del IoT
El panorama se complica aún más con el Internet de las Cosas (IoT), es decir, la interconexión entre todos
los aparatos que nos rodean. «No hay que olvidar que todo
dispositivo conectado a internet es susceptible de ser atacado y, en el caso
sanitario, pueden atentar directamente con nuestra vida ‘hackeando’, por
ejemplo, la dosis que dispensa una bomba de medicación», indica Luis
Corrons.
La empresas y organismos públicos deben
concienciarse de la necesidad de protegerse de estos ataques. «Nosotros nos
enfocamos en hacer nuestras vidas digitales más seguras y sin riesgos», señala
Rosa Díaz. De hecho, según un análisis de Gartner,
las compañías se gastaron en 2015 más de 75.000 millones de
dólares en ciberseguridad, lo que supone un incremento del 4,7%
respecto a 2014.
La directiva reconoce que cuesta «concienciar» a
las compañías de la necesidad de invertir en esta materia pero recuerda cómo la
experiencia demuestra cada día que «toca implementar un nuevo modelo de
seguridad porque un antivirus solo es, a día de hoy, insuficiente». Por esta
razón, Panda Security cuenta con Adaptive Defense 360,
un sistema de ciberseguridad avanzado que proporciona todo lo que una empresa
necesita para defenderse y cerrar las puertas a las vulnerabilidades tan
evidentes como las del sector sanitario. El Gobierno de Navarra, por ejemplo,
cuenta ya con él.
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