Robots
antiexplosivos
Un elemento de
utilidad en la ciudad son los robots antiexplosivos.
Bogotá cuenta con cuatro de los 10 artefactos que hay en el
país, a cargo de la Policía Nacional, para desactivar paquetes bomba: observan
los elementos sospechosos, los rodean y graban la zona apoyándose de sus largos
brazos metálicos, verifican
el radio de operación e incluso son capaces de lanzar una gran ráfaga de agua,
con la que neutralizan la carga.
Según el coronel
Giovanny Riaño Garzón, jefe del centro de información antiexplosivos de la Policía,
los robots, que hasta hace 15 años alcanzaban un peso de 500 kilogramos, hoy no
superan los 60 kilos. Y tienen un alcance superior a los 800 metros.
Esas tácticas no
son producto del azar ni llevan poco tiempo. Desde hace más de una década, la
Policía ha recurrido a los avances tecnológicos para lograrlo.
Aunque su precio
rodea los 500 millones de pesos, no es una excentricidad. Su eficacia se ha
demostrado luego de frustrar decenas de atentados, como el del 15 de mayo del
2012, cuando un carro bomba cargado con 180 barras de indugel fue abandonado en
el centro de Bogotá, y el del pasado 6 de octubre, cuando ubicaron 5 kilos de
explosivos caseros en la carrera 30 con calle 6.ª.
Naun G. Rosales
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